SALIDA DEL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2018
Pasadas las 10 de la mañana un grupo de 21 montañeros inscritos previamente partimos del Puerto de El Pico (1352 m.) por la Senda de La Rubía. Faldeando por debajo de la Cuerda Principal de la Sierra recorrimos un pintoresco camino desde donde se pueden contemplar alguno de los pueblos del Barranco de las Cinco Villas, cerrado al norte por la inmensa mole granítica del Torozo (2021m.), los Riscos de Villarejo o del tío Pasitos y el Puerto de Serranillos (1521 m). Por el Este la cuerda del Cabezo, el Puerto del Lagarejo, Cabeza Aguda, el Puerto de Pedro Bernardo (1242 m.) y la Abantera (1471 m. ), cubierta de pino pinaster. En el horizonte, hacia el sur, la Sierra de San Vicente, el Embalse de Navalcán y los Montes de Toledo.
Caminamos en dirección oeste por una senda zigzagueante que se eleva ligeramente por terreno casi vertical antes de alcanzar la explanada de la Rubía, donde los restos de una majada nos indican la secular vocación de la zona. Paramos para disfrutar del paisaje y aprovisionarnos de agua en la fuente del lugar mientras contemplamos los estragos causados por el fuego hace unos años en los magníficos ejemplares de pinos silvestres que representaban los restos de bosque autóctono que antiguamente poblaron la Sierra. Son mudos testigos calcinados de la imprevisión humana que acabó con ellos. Seguimos por la senda atravesando ahora un espacio más quebrado: los Helechares, cubierto a tramos por tupidas matas de helecho común, hasta alcanzar el Alto del Collado de Las Campanas, desde donde podemos contemplar, frente a nosotros, la Mira (2343 m.) con sus dos cordales: del Amealito, con la impresionante mole del Cabezo del Cervunal dominando sobre el resto y de los Galayos que parte de la misma base de la Mira con el Gran Galayo como referencia que destaca sobre las Canales Seca y Reseca. El resto de las agujas se ocultan tras las Berroqueras, más elevadas que los agudos picachos.
En el Refugio de las Campanas paramos para reponer fuerzas mientras contemplamos, encima de nosotros, las Morrillas o Peñita de Arenas con sus desnudos riscos que dan paso, al oeste, al Puerto del Arenal (1830m.), frecuentado antaño por pastores y arrieros que practicaron el trueque de productos entre las dos vertientes de Gredos. Hacia poniente se adivina el Puerto de La Cabrilla (1948 m.), a la sombra del Risco del mismo nombre y más allá la Peña del Mediodía, que oculta a su espalda el Puerto del Peón (2030 m.).
Descendemos a continuación al Collado de La Centenera, (1350 m.) sobre la carretera N-502 que va hasta El Arenal, cuando son las 14 horas. De aquí al pueblo de El Arenal (891 m.) recorremos una pista que se hace eterna porque los caminos que de ella parten hasta el pueblo se encuentran cegados de maleza y somos incapaces de encontrar su embocadura. Esto hace que empleemos una hora más de la calculada, para llegar a nuestro destino hacia las 16,15 horas, gracias a la ayuda de un lugareño que encontramos por la pista y que seguía nuestra ruta, por lo cual pedimos disculpas. Una vez allí descansamos y tomamos bebidas aunque la jornada no ha sido especialmente calurosa gracias a unas nubes que periódicamente nublaban un sol otoñal más cálido de lo que era de esperar en el tiempo otoñal en que estamos. A las cinco de la tarde emprendemos el camino de regreso hacia El Barco donde llegamos pasadas las 18,30 horas.
Antonino González Canalejo